Quedaron dos cosas en claro en la noche de Quilmes: Estudiantes no pega una y Belgrano no deja pasar ninguna. Por la novena fecha del Apertura, el equipo de Ricardo Zielinski venció por 3-2 al de Miguel Angel Russo pese a que llegó muy pocas veces al arco y encima jugó 65 minutos de partido con uno menos.
Belgrano llegó rápido a la primera ventaja por un increíble error del fondo de Estudiantes. El arquerito Silva dio un rebote evitable tras un remate de Franco Vázquez y Guillermo Farré definió cuando Cristian Cellay le cubría la pelota al arquero para que la tomara. Iban apenas 10 minutos y el Pincha sufría por errores propios.
Tras el gol, Estudiantes fue por el empate. Y estuvo siempre cerca de lograrlo. De hecho, el partido se plantó en campo de Belgrano. Pero la oportunidad que no debió desperdiciar llegó a los 24 minutos. Farré, autor del primer gol, sacó con la mano un cabezazo de Guido Carrillo y el árbitro Saúl Laverni marcó el penal y la expulsión del jugador Pirata.
Gastón Fernández se paró delante de la pelota y disparó al medio. Pero Juan Carlos Olave, que se había tirado hacia su derecha, dejó el pie y le sacó el remate al delantero. Segunda desgracia para el Pincha.
La tercera iba a llegar sobre el final del primer tiempo. César Pereyra entró al área de Estudiantes, forcejeó con Cellay y cuando quiso pasar a Silva, el juvenil arquero que reemplaza a Villar y Albil, le cometió un infantil penal. César Mansanelli remató y Belgrano se puso 2-0 casi sin atacar.
El segundo tiempo encontró nuevamente a Estudiantes atacando. Y luego de tanto buscar iba a encontrar el descuento. A los 25, Claudio Pérez le cometió penal a Mauro Fernández y Juan Sebastián Verón lo cambió por gol.
Pero Belgrano se iba a encargar de volver a sacar dos de ventaja. Cinco minutos después del gol de la Bruja, Hernán Grana fue más rápido que todos en una contra y definió cruzado ante la salida de Silva. Fue casi la estocada final para el Pincha y su entrenador.
A segundos del cierre, el colombiano Zapata iba a encontrar el descuento final, que de poco iba a servir en el marcador. Belgrano, con uno menos durante buena parte del partido, golpeó en los momentos justos y aguantó a un Estudiantes sin identidad.
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