Defensa y Justicia es otra vez campeón. Salió del estadio de Brasilia con la frente bien alta. Con el pecho inflado y con la Recopa, después de una final inolvidable con “sabor a hazaña”, con un enorme merecimiento. El 2 a 1 de anoche, y la posterior victoria por penales en suelo brasileño le permitió levantar el segundo trofeo internacional de su historia en apenas 79 días. Es, sin duda, el mejor año desde que el club se fundó en 1935.
El remate de Weverton por arriba del travesaño consagró a los de Varela, luego de la definición desde los 12 pasos, donde para Palmeiras convirtieron Menino, Gómez y Roni, mientras que para Defensa anotaron Frías, Merentiel, Isnaldo y Fernández.
Fue un gran partido y una gran final. A los 19 minutos, el equipo argentino recibió un sopapo inesperado. Una mala salida desde atrás fue aprovechada por el equipo paulista. Rony ingresó en el área y Meza lo derribó. Con la ayuda del VAR, el juez cobró penal y Rafael Veiga lo cambió por gol.
Lejos de derrumbarse, Defensa mantuvo el mismo libreto. Y a los 30 tuvo su merecido premio. Una gran jugada colectiva derivó sobre la derecha en Rodríguez. El lateral metió el balón en profundidad para el desborde de Pizzini. Y el centro atrás lo aprovechó Romero, que al igual que en Buenos Aires estableció el 1 a 1 parcial.
En el complemento la intensidad se mantuvo. Defensa siguió buscando el gol que le permitiera estirar la definición de la Recopa. Los riesgos fueron altos. Porque Palmeiras tuvo espacios para definir el título de contragolpe. Sin embargo, a los 23 minutos el Verdao se quedó con 10 hombres por la expulsión de Viña (por una patada en la espalda de Meza).
Con Roni de un lado y Pizzini del otro como las figuras destacadas, el partido se iba diluyendo, y las oportunidades inevitablemente se acababan. Pero llegó el milagro: en el cuarto minuto de tiempo adicional, un latigazo de Benítez desde 25 metros selló el merecido 2 a 1 para Defensa, que llevó todo al alargue y luego a los penales para definir al campeón.