Belgrano logró este viernes una resonante victoria por 1-0 como visitante de San Lorenzo de Almagro en un partido que tuvo al equipo cordobés como el de ideas más claras, el que supo jugar como mejor le convenía y el que contó con los protagonistas más destacados.
San Lorenzo ejerció un engañoso dominio territorial, en particular durante el segundo tiempo, pero en ningún momento alcanzó la coordinación necesaria para darle furor a sus ataques, a punto tal que durante los noventa minutos no produjo ni una sola acción ofensiva bien elaborada.
César Pereyra, mientras tuvo oxígeno, constituyó un problema insoluble para el equipo local. El Picante complicó él solo a los defensores rivales y por otra parte Belgrano contó con buenos aportes de César Mansanelli y de Juan Carlos Maldonado, quienes siempre le dieron salida limpia por los laterales.
Después de un primer ataque a fondo de Belgrano, a través de Pereyra que siempre se mostró muy peligroso, San Lorenzo logró llevar el juego al campo del adversario durante la mayor parte de la priemra etapa, pero careció de claridad en la circulación y fue poco profundo.
Las únicas aproximaciones al gol por parte del equipo de Omar Asad se debieron a acciones originadas con pelota parada manejada por Gabriel Méndez.
En la primera de esas escenas, a los 15 minutos, cuando cabía esperar el centro, el lanzador sorprendió con un remate que cayó de golpe sobre el arco y Juan Carlos Olave desvió al córner.
En la segunda situación propicia, sobre la media hora, Méndez colocó el centro que Jonathan Bottinelli cabeceó por encima del travesaño. En el último cuarto de hora Belgrano presionó mejor para recuperar, controló a Gonzalo Bazán, que era el rival que más lo preocupaba, y equilibró el desarrollo.
A los 39, después de una pelota que perdió Néstor Ortigoza en una salida, Mansanelli, con mucho espacio, sacó un remate bajo y fuerte que pasó por debajo del cuerpo de Pablo Migliore y se convirtió en el 1-0.
En el minuto siete de la etapa final, San Lorenzo tuvo su oportunidad más clara de toda la noche, nacida de una insólita complicación entre Hernán Grana, Alejandro Lembo y Olave culminada con un pase hacia atrás que el arquero tocó con la mano.
Tras el tiro dentro del área, el uruguayo Juan Manuel Salgueiro sacó un fortísimo envío que Guillermo Farré sacó de cabeza sobre la línea.
Sobre los 26, Enzo Kalinski, lo más rescatable del equipo de Boedo, construyó una buena acción individual por derecha, culminada con toque hacía atrás, pero Farré salvó cediendo córner cuando llegaba Emnmanuel Gigliotti.
Fue la última situación de riesgo cierto para Olave, mientras que Belgrano tuvo un contraataque que Maldonado terminó con disparo débil contenido por Migliore, a los 17; un tiro libre de Mansanelli, que rechazó el arquero, a los 35, y otro zurdazo de Franco Vázquez que también detuvo el guardavalla con dificultad.
Nada cambió con la expulsión de Farre, a los 37, luego de una infracción a Leandro Romagnoli y así redondeó Belgrano un triunfo indiscutible y de gran valor.
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