River Plate ya festejaba como visitante una nueva victoria cuando Quilmes, en el tiempo agregado, consiguió el empate en un gol que se ajusta a lo hecho por uno y otro en los 90 minutos, aunque en el tramo final ya no parecía haber lugar para novedades.
Fue un partido duro, trabado, con muchas imprecisiones en el que Quilmes propuso vértigo, pero nunca encontró claridad, mientras que River tuvo altibajos, aportó los momentos de mayor jerarquía con las intervenciones de Alejandro Domínguez, pero quizá pecó porque ceyó que ya tenía los tres puntos cuando no era así.
De todos modos, con esta igualdad en el Estadio Centenario, por la cuarta fecha de la Primera B Nacional, River sigue invicto y es el único líder.
Quilmes salió con la intención de imponer una presión muy firme sobre la pelota y lo logró durante buena parte del primer tiempo, en el cual contó con tres buenas oportunidades.
Primero hubo una acción individual del uruguayo Martín Cauteruccio por izquierda, que culminó con un remate imperfecto a los 11.
Después hubo un cabezazo de Jorge Serrano, a los 13, que fue devuelto por el travesaño y cinco minutos más tarde se observó otro cabezazo, este vez de Germán Mandarino, que controló Leandro Chichizola.
River sólo aparecía cuando tomaba contacto con la pelota Domínguez, muy difícil de controlar, pero tenía problemas en el fondo y en el medio, donde Nicolás Domingo cometió una serie de errores muy visibles. En los últimos 20 minutos mejoró el equipo visitante, porque se hicieron notar más el uruguayo Carlos Sánchez y, en menor medida, Martín Aguirre.
A los 34 hubo un remate de Sánchez que resultó muy elevado.
Hasta entonces Emanuel Tripodi no había tenido trabajo, pero segundos antes de llegarse al minuto 36, la defensa de Quilmes quedó mal parada ante un pelotazo largo de Aguirre, corrió por la derecha Fernando Cavenaghi y con un disparo fuerte y bien dirigido puso el 1-0.
Quilmes salió al segundo período sin haber asimilado todavía el impacto del gol de River. Quiso ser ofensivo, pero fue confuso y nunca encontró la fórmula para llegar por abajo.
Las mejores oportunidades para el conjunto de Ricardo Caruso Lombardi se habían dado a través de dos tiros libres de Pablo Garnier, uno con doble cabezazo, el segundo a cargo de Sebastián Martínez, y el otro desde la esquina, que se cerró peligrosamente, aunque ambas situaciones fueron bien resueltas por Chichizola.
River esperó con tranquilidad, se hizo más sólido con el ingreso de Cristian Ledesma y sus centrales fueron muy firmes en el juego aéreo.
En el último cuarto de hora el juego parecía estar más cerca el segundo gol de los Millonarios que del empate.
Quilmes arriesgó y dejó huecos en el fondo. Dos muy buenas intervenciones de Domínguez estuvieron a punto de aumentar la diferencia, a los 31 y a los 34, pero el primer disparo salió levemente desviado y el otro lo controló Tripodi.
Cuando ya había sensación de cosa juzgada, en el primer minuto de los cinco agregados, Cauteruccio colocó un córner desde la derecha y Fernando Telechea sorprendió entrando por el medio para igualar el compromiso con un pefecto frentazo alto.
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