River Plate consiguió esta sábado el premio a su ambición en el último cuarto de hora del partido ante Ferro Carril Oeste, ya que lo goleó por 3-0 y desató la merecida fiesta en el Monumental, porque, al menos temporalmente, pasó a compartir la cima de la Primera B Nacional junto con Instituto.
Por la vigésimo séptima fecha, el nudo apretado por el entrenador visitante Carlos Trullet lo desató Rogelio Funes Mori, a los 32 minutos de ese segundo segmento, y después la inmensa categoría del franco argentino David Trezeguet acabó con la tenaz, pero exclusiva, defensa verdolaga.
Los tantos de Trezeguet fueron dos, el primero de ellos de penal, a los 36, y el otro valiéndose de una maravillosa volea, a los 39.
Los ingresos de Daniel Villalva, Rogelio Funes Mori y Martín Aguirre contribuyeron a cambiarle el ritmo a las acciones y a partir del gol del juvenil centrodelantero el adversario se desmoronó.
Con este resultado, River igualó la línea de Instituto, pero por este mismo capítulo los cordobeses recibirán el lunes al exigente Defensa y Justicia. Es decir, los de Darío Franco tendrán como mìnimo que empatar para volver a la liderar la competecia en soledad.
Fue un primer tiempo en el que River asumió el protagonismo exclusivo, pero, si bien en los 20 minutos iniciales desniveló notablemente a Ferro, fue perdiendo profundidad en la medida que el visitante ajustó las marcas y se abroqueló en forma ordenada en torno de su arco.
Lo mejor de River se vio a los 18 minutos, cuando Lucas Ocampos mandó un bombazo cruzado que desvió Carlos De Giorgi y Jonatan Maidana buscó el rebote, pero salvaron la situación entre Marcos Acuña, quien amortiguó el tiro, y el arquero que se rehizo sobre la línea. Tras esa llegada neta, River careció de punch, se diluyó en un juego horizontal y, a pesar de que manejó los tiempos, ya no ingresaba a los últimos metros del terreno con claridad.
Por su parte, Ferro aportaba poco y nada en la ofensiva, pero logró lo que pretendía, que era bajar el ritmo del encuentro a la espera de la oportunidad para atacar a Daniel Vega.
En ese primer período Leonardo Ponzio fue el eje del equipo y el que señaló los caminos hacia la valla de De Giorgi, pero Alejandro Domínguez no fue capaz de darle a los suyos ni sorpresa ni penetración.
Además, Fernando cavenaghi y Trezeguet estuvieron muy estáticos, por lo que favorecieron la tarea del fondo verdolaga.
La única chance que tuvo la formación de Caballito en la primera mitad se observó en el minuto 10, cuando Sebastián Navarro ejecutó un córner desde la derecha y el cabezazo de Leandro Martínez Montagnoli salió muy cerca del poste derecho.
En la segunda parte la organización de los ataques de River dependía en demasía de Ponzio y Ocampos, pero con las variantes que llegaron desde el banco de suplente empezaron a aparecer las soluciones para esa problemática.
Ferro jugó nada más que a defenderse y todo permitía vislumbrar que con un gol se acababa la tan esforzada resistencia.
El director técnico Matías Almeyda hizo su parte la disponer los relevos, pero el panorama se abrió hacia la victoria cuando, tras una serie de rebotes, Rogelio Funes Mori remató y la pelota entró abajo y a la izquierda de la portería de De Giorgi.
Después de esa jugada aislada que sirvió para el gol de quiebre, muy pronto Facundo Oreja agarró a Rogelio Funes Mori dentro del área grande y el penal lo aprovechó Trezeguet. El mismo ex campeón mundial con una deliciosa volea de derecha colocó el balón junto al ángulo superior izquierdo de De Giorgi para poner el 3-0 definitivo.
Así, la ambición colectiva y la calidad de sus individualidades llevó a River a la goleada y a la cúspide de las posiciones. Así dio un paso importante en el largo camino de regreso a la Primera División de la AFA.
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