Racing Club golpeó este domingo cuando vivía su peor momento en el partido, logró llevarse el clásico 1-0 en el Monumental y dejó muy complicado a River Plate, que quedó en descenso directo y todavía no logró ganar en su cancha desde su regreso a Primera.
El defensor Matías Cahais, de cabeza, marcó el gol de la victoria, en un clásico deslucido, que tuvo como protagonista a la tensión que se vivió en las tribunas, más que el juego dentro del campo.
River, que mereció más por lo hecho en el partido, sumó una nueva frustración, y profundizó así el clima de preocupación que viven sus hinchas nuevamente con el descenso y con no poder levantar el nivel futbolistico.
Los silbidos del público al final del primer tiempo fueron el reflejo del pobre y deslucido juego que tuvieron River y Racing en el Monumental.
Los dos equipos carecieron de juego asociado y precisión, por lo tanto el partido se transformó en una pelea constante en la mitad de la cancha, donde River por empuje, más que por creatividad, logró sortearla más que su rival.
La etapa comenzó accidentada para River, ya que nuevamente se le lesionó un marcador de punta derecho, Jonatan Maidana, y por ende el uruguayo Carlos Sánchez tuvo que improvisarse en esa posición.
Al no tener un conductor neto, salvo algún arresto individual de Leonardo Ponzio, River abusó por demás del pelotazo para el franco argentino David Trezeguet y Rogelio Funes Mori, una fórmula que no le trajo buenos resultados.
Con este panorama desprolijo, la primera chance de gol del partido la tuvo River a los 30 minutos, con un cabezazo de Trezeguet que salió apenas desviado del poste derecho del arco defendido por Sebastián Saja.
Después fueron sólo insinuaciones de un River que se adelantó más que Racing en la cancha, pero que nunca tuvo la elaboración necesaria para poner en aprietos al adversario.
Racing, en tanto, fue intrascendente, demasiado especulativo con el contraataque y nunca tuvo conexión ofensiva para generar peligro a una defensa de River que se mostró sólida y ordenada al cabo de los primeros 45 minutos.
En el segundo periodo, River arriesgó con los ingresos del uruguayo Rodrigo Mora y Manuel Lanzini, tuvo más dinámica y mejoró en los últimos metros, aunque pagó muy caro las distracciones defensivas que cometió.
Hasta los 25 minutos el cotejo era todo de River, pero no podía reflajar en el marcador la superioridad que plasmaba en el campo, a pesar de que Luciano Vietto ya había avisado con un mano a mano que le tapó Marcelo Barovero, a pase de Camoranesi.
Finalmente, cuando menos lo esperaba, Racing llegó a la conquista a los 25 minutos, con un cabezazo de Cahais, tras un preciso tiro libre ejecutado desde la derecha por Diego Villar.
Fue un golpe durísimo para River, que a pesar de seguir yendo, no tuvo más el vértigo que había impuesto en los primeros minutos de la segunda mitad. Pero el local pudo haberlo empatado a los 38, con un cabezazo de Mora que sacó de manera brillante Saja, con un Racing decididamente puesto a defender la ventaja.
Racing se terminó llevando una victoria festejada en el clásico por el resultado, pero no por su actuación, y enmudeció a un Monumental que quedó lleno de dudas sobre el futuro del equipo, y de su entrenador.
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