Con una gran inteligencia y practicidad para pegar en el momento justo y oficio defensivo para aguantar los endebles ataques del rival, Unión superó a Colón por 2 a 0, y se quedó con el clásico santafesino por primera vez en diez años.
Paulo Rosales, a los 8 minutos, con un verdadero golazo, abrió el marcador, mientras que siete minutos después Fausto Montero puso el 2 a 0 definitivo.
El equipo dirigido por Frank Kudelka fue un justo ganador, ante un rival que nunca le encontró la vuelta al partido y terminó el juego con 10 hombres por la expulsión de Iván Moreno y Fabianesi.
Tras la finalización del encuentro se produjo un principio de gresca entre los futbolistas de ambos equipos. Allí se destacó el protagonismo de Diego Pozo, quien se mostró muy nervioso, lo que lo llevó a pegarle a un rival.
En el comienzo del juego, sorprendió Unión, bien plantado en el medio ante un Colon dormido, con pocas respuestas y aturdido. El "Tate" aprovecho la movilidad de un inspirado Rosales, quien se juntó con Velázquez y sometió a la defensa local.
La primera la tuvo el rojiblanco, cuando Fausto Montero no pudo empujarla debajo del arco de Diego Pozo, luego fue Velázquez quien lo tuvo de cabeza pero no pudo concretar. En la siguiente, Unión no perdono, se escapo Rosales por la izquierda, engancho hacia el centro y saco un remate espectacular que se metió en el ángulo y le dio el 1 a 0 a la visita.
Colón acusó el golpe y siguió perdido en el terreno, sin encontrar respuestas y desconcertado en la marca. A los 17, volvió a golpear el "Tate", esta vez con una jugada por derecha que encontró a la defensa mal ubicada, a Pozo fallando en la salida y la definición de Montero para poner el 2 a 0.
Con el aporte de Moreno y Fabianesi y Costa, el local llegó al área rival pero sin demasiado peligro. La única la tuvo, a los 24, con una gran jugada que Renzo Vera despejó a un metro de la línea.
En el comienzo del complemento, Colón intentó modificar la actitud, buscando por lo menos el descuento en el marcador. Trató de ser más ofensivo, ingresó Federico Higuaín en reemplazo de Prediger, pero la variante no trajo resultados. El equipo local chocó una y otra vez contra su propia impotencia, llegando siempre hasta la zona de ataque pero perdiendo la pelota ante la sólida defensa "tatengue".
Unión se sintió cómodo en su juego, se paró de contra y dejó correr los minutos ante un rival desesperado. Colón jamás pudo armar una acción de riesgo cierto para el arco de un Enrique Bologna que fue mero espectador del cotejo, y con el correr de los minutos comenzó a bajar los brazos ante un rival tranquilo y superior.
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