l entrenador cambió, pero el equipo volvió a ser el mismo. El bajo rendimiento y los mismos errores dieron como resultado una nueva derrota, la octava consecutiva para una racha que parece no tener fin. Esta vez, quien salió victorioso del 23 de Agosto fue Almirante Brown, al que con muy poco le alcanzó para atacar a fondo en no más de cuatro oportunidades y anotar dos goles.
José Luis Calderón, el debutante DT del Lobo jujeño paró un equipo de claro perfil ofensivo. Con un tridente comandado por Jorge Luna, que alternó la función de enganche con la de delantero de punta, Marcos Pirchio y Juan Arraya, salieron a la cancha con la intención de acorralar a la visita.
El plan de “Caldera” parecía bueno, pero el bajo rendimiento del medio juego del Lobo permitió que Almirante Brown inclinara la balanza a su favor en ese sector.
El primer tiempo fue pobre en situaciones claras de gol, sólo una para cada equipo. El complemento tuvo otra tónica a partir del gol de Hernán Ortiz, que desde cerca de treinta metros sacó un fuerte remate que sorprendió Crivelli.
A partir de ahí, la desesperación pareció ocupar cada centímetro del estadio y no tardó en aparecer el canto más temido: “que se vayan todos…”, esta vez incluida la comisión directiva del club.
A los ponchazos el Lobo se lanzó al ataque, pero careció de orden, ideas y precisión. El mal momento del Lobo fue bien aprovechado por Brown. García y Cisterna salieron rápido hasta el fondo. Cisterna envió un centro que García se encargó de conectar para gritar el segundo tanto.
Pirchio descontó y Gimnasia tuvo dos o tres oportunidades de empatar, pero Losa se encargó de impedir la caída de su valla.
Gimnasia sigue en caída libre y el fondo del pozo aún no se vislumbra. Nada parece haber cambiado en el equipo ahora dirigido por Calderón. Al nuevo entrenador ahora le espera una tarea titánica para resolver los graves problemas que padecen tanto la defensa como el medio juego del equipo.
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