Quilmes volvió a perder. Esta vez fue por 2 a 1, con goles de Corvalán y Píriz Álvez (2), ante Defensa y Justicia en el 'Tito' Tomaghello, en un partido que el Cervecero jugó bien la primera media hora de partido y luego, poco a poco, fue cayendo en el juego y le fue entregando el protagonismo a un equipo inferior en los papeles, pero que en el terreno de juego justificó el marcador. Otra vez, los de Caruso Lombardi mostraron dos caras, la de la ilusión, en el primer tiempo, y la de la decepción, en el segundo. Esto deja en claro la situación de preocupación que hoy vive Quilmes, y que deberá sacar adelante cuanto antes para recuperarse en las posiciones y hacer realidad el sueño del retorno a primera, que hoy, está más lejos que nunca.
Por Javier Bocar
El primer tramo del cotejo fue vibrante, con ambos conjuntos llegando al fondo y con chances de gol. Las más claras fueron para los de Varela, que derrocharon una jugada sin oposición, en los pies de Bustamante.
Quilmes llegó bien con un centro que terminó en un cabezazo de Martínez para que controle Peraffán. En respuesta, a los tres minutos, avisó Defensa, con una llegada profunda de Velázquez por derecha. Centro y Píriz Álvez la tiró afuera, muy cerca del primer palo.
A los cinco, Bustamante desperdició una pelota abajo del arco luego de un cruce perfecto atrás. Quilmes pendía de un hilo muy delgado al comienzo del partido.
Cuando corría el séptimo minuto, un pelotazo largo por derecha llegó profundo para el pique de Cauteruccio. El delantero levantó la cabeza y de primera metió el pase para la entrada e Caneo por el medio. El enlace se elevó e impactó desde arriba, pero su intento terminó desviado por la izquierda.
Minuto 12, rechazo del fondo de Defensa. Domina Giménez, se acomoda y remata. Su tiro salió apenas ancho ante la volada de Peraffán. Luego del saque de arco, robó el mediocampo cervecero y un pase para Cauteruccio le permitió quedar mano a mano con el ‘uno’ de los locales. El oriental, casi sobre la línea de fondo, remató potente. Peraffán sacó y diluyó el peligro.
Caneo robó en la izquierda y arrancó la jugada para Quilmes. Era el minuto 16, y el enganche pasaba de taco, abriendo la cancha, para la subida de Romero. Chirola centró de zurda, pasado, al segundo palo, para la posición del Tanque Giménez. El 9 cabeceó al medio, para la llegada de Corvalán, que remató de primera, se desvío en un defensor y entró pidiendo permiso. Defensa 0, Quilmes 1.
A los 18, Defensa llegó por izquierda, en los pies de Bustamante. El volante de los locales metió el centro al segundo palo, y Píriz Álvez se elevó y cabeceó alto. La pelota pegó en el travesaño y por el propio efecto que generó el impacto con el poste horizontal, terminó entrando y saliendo. Empataban los dirigidos por Rodríguez, rápido. Defensa 1, Quilmes 1.
El partido era de ida y vuelta, y no daba espacio a los errores. Cualquier espacio era aprovechado para tener una chance de definición. Ambos conjuntos estaban punzantes en ataque, pero en defensa permitían demasiado las entradas del rival, y eso generó un cotejo con muchas situaciones de peligro.
A los 24, una contra muy buena de Quilmes pudo haber terminado en el segundo tanto. Pelota en largo para Cauteruccio, dominio y perfil hacia el arco de los locales. El punta del Cervecero encaró y definió cruzado, ingresando al área. Su definición salió apenas desviada, casi rozando el palo izquierdo de Peraffán.
En respuesta, Defensa llegó por izquierda en velocidad. Un pase cruzado dejó solo a Martinena de frente a Trípodi, por el segundo palo. El delantero pateó cruzado, pero el ‘uno’ de Quilmes tapó con el pie y desvió.
Hasta los 40, la intensidad del juego mermó lo suficiente como para darle calma a los dos equipos y recuperarse después de 25 minutos muy intensos. Si la actitud de Quilmes era discutida, y la falta de juego, con el rendimiento en Florencio Varela durante la mayor parte del primer tiempo aclaró cualquier duda y demostró su mejoría.
El primer tiempo dejó en claro que Quilmes encontró una recuperación que no aparecía, sobre todo en lo futbolístico. Durante 25, se midió ante un rival que dejaba todo por pasarlo por arriba, pero el Cervecero se puso de pie y afrontó un cotejo que comenzó con todo. Primero estuvo al frente en el resultado, luego se lo empataron, pero en ningún momento bajó la presión, la marca, ni la intención de jugar bien y por abajo para lastimar a los de Rodríguez. No brilló ni aplastó a su rival, pero encontró el camino para quedar bien parado y no verse superado, sobre todo en lo que refería al juego, más que el resultado en sí.
A los 50 segundos del segundo tiempo, Defensa metió un pelotazo largo. Peinó Píriz Álvez para que la aguante Martinena. El volante tocó atrás para el goleador, que remató de primera, muy potente por lo bajo y superó la resistencia de Trípodi. Defensa 2, Quilmes1.
En el complemento, Quilmes cambió la cara, porque perdió la presencia que había plasmado en la cancha durante el primer tiempo. Comenzaron las imprecisiones, desapareció el juego asociado y le permitió a Defensa y justicia que se haga el dueño del partido.
A los 18, Sebastián Romero forcejeó con un rival en mitad de cancha y terminó golpeándolo con el puño en la cara, sin pelota y lejos de la jugada. El árbitro Germán Delfino, que vio de frente expulsó al volante del Cervecero, que actuó de manera infantil e imprudente.
El segundo tiempo no tuvo chances de peligro a favor de Quilmes. Defensa y Justicia consiguió la ventaja con el segundo gol de Píriz Álvez, y se refugió atrás, se armó con solidez y comenzó a presionar mucho en la zona de gestión del Cervecero. Ceno no pudo tocar la pelota, Cauteruccio y Giménez no tuvieron chances, el ingreso de Telechea no cambió en nada la cara de los de Caruso y poco a poco pasaba el tiempo.
Al final, Quilmes volvió a tener dos caras, dos perfiles opuestos, que definieron un resultado que no admite discusiones, sin debates. Defensa le ganó bien al Cervecero, festejó y todos contentos, pero en la vereda de enfrente, los de Caruso tocaron fondo, cayeron mal, se vieron superados y durante el complemento no fueron capaces de superar cualquier oposicón que pueda ponerles el equipo local. Un rendimiento que es motivo de preocupación para el mundo Quilmes, que deja en claro que hay mucho para trabajar y mejorar, pero no sólo del discurso vive el fútbol, porque deberán demostrarlo rápido, la próxima semana ante Gimnasia en el Centenario, para que las dudas, por lo menos de momento, queden al margen y den tranquilidad en un mar lleno de dudas.
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