Tigre, el equipo que no logró ganar un sólo partido del Torneo Inicial argentino en 13 jornadas, se clasificó para las semifinales de la Copa Sudamericana al derrotar en casa al Cerro Porteño paraguayo por 4-2, tras perder por la mínima en la ida disputada en Asunción.
La formación azulgrana bonaerense consiguió, además, un cupo para la fase inicial de la Copa Libertadores.
Los goles de Mariano Echeverría (m.29), Rubén Botta (m.45), el paraguayo Federico Santander (m.50) y Alejandro Donatti (m.74) empujaron al conjunto que desde hace tres semanas dirige Néstor Gorosito a la penúltima fase del torneo del sur del continente, en la que representará con exclusividad al fútbol de su país.
Para la formación paraguaya anotaron Santiago Salcedo (m.62) y el argentino Jonathan Fabbro (m.70), en un partido trepidante en su segunda parte.
La apertura del marcador, ocurrida a los 19 minutos para Tigre a través de una jugada a balón parado y el oportunismo goleador del defensor Mariano Echeverría, rompió el equilibrio del partido, parejo hasta ese momento con posibilidades repartidas para marcar el primer tanto de la noche.
Tigre buscaba con entusiasmo y el conjunto azulgrana respondía con experiencia y con los recursos ofensivos de sus dos jugadores argentinos: Jonathan Fabbro y Roberto Nanni, desestabilizadores permanentes de la defensa local.
Antes de la media hora de juego quedaba claro que a Cerro Porteño le sería difícil recuperar la ventaja de un gol que traía desde Asunción y que el local no lo tendría cómodo para superar a un equipo sólido, que por momentos juega a un toque y que es profundo en ataque.
La formación argentina intentaba presionar al equipo paraguayo en campo rival, con el adelantamiento de Lucas Orban y Gastón Díaz, y el Cerro salía airoso de ese intento de encierro con la proyección de Carlos Bonnet y Jorge Dos Santos.
Pero en el último tramo de la primera parte, Ruben Botta, como corolario de un contraataque individual de Federico Santander, marcó el segundo del equipo argentino con un violento zurdazo tras pisar el área que dejó perplejo al arquero Diego Barreto.
Tigre se imponía por 2-0 al irse al descanso y encaminaba su clasificación a las semifinales. La sorpresa abarcaba a sus rivales, al técnico de Cerro, Jorge Fossati, y a sus propios hinchas, que no paraban de celebrar.
En el arranque del segundo tiempo, tras un corte de energía eléctrica que retrasó la reanudación del juego, Fabbro estrelló un remate en el travesaño en la ocasión más clara para el equipo paraguayo, y de contra Tigre anotó el tercero a través del paraguayo Santander tras recibir un centro de Botta.
El equipo visitante demostró que estaba tocado, y era hora de que le ocurriera. Tras una jugada intrascendente descontó Santiago Salcedo a los 62 minutos con un remate de cabeza y el conjunto de Fossati recuperó el balón y el control del partido.
A los 70, un tiro libre descalabró los argumentos defensivos de Tigre, porque un especialista como Fabbro no perdonó con su remate directo y violento, que desarmó a una barrera y al portero Javier García.
Pero cuatro minutos después, como resultado de otra acción a balón parado. Alejandro Donatti marca el cuarto gol para Tigre y el voltaje de la situación continuaba en alza.
Los dos equipos, generosos en la entrega por la victoria, dieron un espectáculo más emotivo que técnico en los minutos finales. Una jornada histórica para el modesto Tigre.
Este partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana se jugó en el estadio José Dellagiovanna, de Tigre, situado en Victoria, en la zona norte del Gran Buenos Aires, ante 23.000 espectadores, de los cuales 3.000 fueron paraguayos.
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