La "barra brava" (hinchas violentos) del Quilmes argentino entró al estadio del club, mientras se disputaba un partido de reservas, con un ataúd en el que llevaba el cuerpo del hijo del "jefe" del grupo, fallecido durante un accidente.
Los hinchas efectuaron varios disparos de armas de fuego al aire mientras subían los graderíos con el féretro, por lo que el árbitro interrumpió el partido entre el Quilmes y el Unión de Santa Fe, lo reanudó una vez que el cortejo abandonó el escenario deportivo, informó hoy el diario deportivo Olé.
"Dispararon un par de veces y un buen susto me llevé. Estaban detrás de la portería donde yo estaba", indicó en su cuenta de la red social Twitter, Joaquín Papaleo, guardameta del Unión.
"Mientras jugábamos contra Quilmes, entró un montón de gente al estadio con un cajón. Tuvieron que parar el partido, se quedaron un rato y se fueron", señaló el futbolista.
El entrenador del Unión, Horacio Humoller, dijo que el club local había anunciado que se iba a producir la entrada al estadio de los hinchas con el ataúd, lo cual, aparentemente, fue autorizado por los dirigentes.
"Nos habían dicho que el asunto estaba estipulado para que ocurriera en el descanso. Por suerte no pasó nada en el campo de juego", comentó el preparador.
El hijo de José María Fernández, el líder de la "barra brava", del mismo nombre y de 15 años, murió en un accidente al chocar con la motocicleta en la que huía de la Policía tras efectuar un robo, indicó el rotativo.
El hecho, que tuvo un antecedente similar el año pasado en el mismo estadio, ha sido interpretado como una "demostración de poder" del grupo violento.
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