El talentoso armador colombiano Giovanni Moreno tuvo este sábado una suerte de reivindicación personal porque en una demostración de su exquisita técnica dejó a varios adversarios en el camino y clavó la pelota abajo y a la izquierda de Juan Carlos Olave para poner el 1-0 con que Racing Club le ganó a Belgrano en el Estadio Mario Alberto Kempes.
La semana había sido indignante para el astro colombiano, porque un pequeño grupo de barrabravas lo esperó y lo encerró cuando iba en su automóvil a la salida de un entrenamiento en Avellaneda y le exigió que se fuera del club apuntándole con una pistola sobre la rodilla izquierda.
La segunda imposición de los violentos fue generalizada y consistió en que el equipo, de decepcionante campaña en este torneo Clausura, incremente la actitud y empezara a ganar.
Pero Gio resolvió quedarse a pesar de la apretada, decidido a "no abandonar" ni dejar Racing "por la puerta de atrás".
Y en el Kempes llegó el desquite futbolístico, valiéndose del lenguaje universal que tiene el pie izquierdo de Moreno para comunicarse ante todo con la pelota y, como consecuencia, con la parcialidad normal, con el hincha genuino, inclusive con el que es ajeno a la divisa que defiende, en este caso la albiceleste.
Se jugaba el minuto 15 del segundo período cuando Gio recibió el balón sobre la derecha, comenzó a amagar y moverse hacia adentro procurándose el claro y cuando lo halló gatilló con potencia y puntería para doblegar la estirada de Olave.
Inmediatamente los otros futbolistas académicos rodearon y abrazaron a Gio, hasta imposibilitando su expresión completa a la hora de la celebración y el desahogo.
Poco después el cafetero dejó el campo de juego en camilla, por precaución, ya que tenía una molestia leve en la rodilla izquierda, y hasta el árbitro Carlos Maglio se acercó para estrecharle la mano.
Mientras eso ocurría, la parcialidad de Racing le tributó a Moreno la ovación que se merecía, largamente, por la clase de jugador que es, por la clase que tiene, y por la inadmisible experiencia que debió soportar.
En esa reivindicación del creativo se apoyó la Academia para llevarse una difícil victoria del suelo cordobés.
Tanto fue así que en la primera parte las dos chances para convertir correspondieron a los celestes, puesto que, en una de ellas, Guillermo Farré tomó un rebote y disparó con tremenda potencia, pero su intento resultó desviado. En la otra, Sebastián Saja le ganó un mano a mano al colombiano Marco Pérez.
Cuando el equipo de Luis Zubeldía se colocó arriba en el tanteador Belgrano se lanzó en procura del empate, pero cuando fue necesario el límite se lo puso otro de los grandes valores que tiene Racing, el además capitán y referente Saja.
Así la Academia empezó a despertarse de una pesadilla, mientras Belgrano perdió un partido que estuvo a punto de empatar.
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