River Plate terminó este sábado de cargar la piedra al cuello que portaba hace un año en el fútbol de ascenso, al conseguir la vuelta a Primera División con un 2-0 sobre Almirante Brown gracias a dos conquistas de David Trezeguet en el estadio Monumental.
Los dos tantos de Trezeguet le pusieron fin a la pesadilla que transitó River en el último año y que tuvo al sufrimiento como el protagonista de su campaña, de principio a fin.
Será la primera vez que la celebracion fuera el ascenso sin estaciones intermedias, y no el título de campeón de un torneo que no le siesta propio.
En el partido decisivo, River, después de un muy flojo primer tiempo, cambió la cara en el complemento y de esa manera, al igual que sus hinchas, pudo desahogarse después del durísimo golpe que significó perder la categoría.
El monumental estuvo inmerso en una cápsula de nervios y dramatismo, y con ese ambiente River salió a jugarse el ascenso ante Almirante Brown.
Los locales intentaron tomar el control del partido, pero al igual que en sus últimas presentaciones, le faltaron ideas para crear jugadas de peligro, y tampoco tuvo el ímpetu necesario para llevar al rival contra su arco.
Sin participación de los volantes, en especial del venezolano César González, quien era el jugador más dúctil con el balón en sus pies, el equipo estuvo partido y el tridente ofensivo desconectado del resto.
Con ese panorama River fue un manojo de imprecisiones, frente a un Almirante que se tiró atrás, pero complicó a la defensa "Millonaria" en cada contra.
En su única jugada colectiva positiva, River estuvo a punto de abrir el marcador. Fue a los 25 minutos, cuando González apareció sólo por derecha, luego de un pase de Alejandro Domínguez, remató mordido y luego, entre el arquero César Monasterio y Hernán Ortíz le ahogaron el grito a David Trezeguet. La otra intervención del delantero franco argentino en la etapa inicial se dio a los 43, con un cabezazo que se fue desviado.
Almirante, en tanto, puso en aprietos a River con la pelota parada, y a los 27, el arquero Daniel Vega le sacó un cabezazo a Jesús Nievas.
Así llegó a su fin la etapa inicial, con el rostro de los hinchas de River llenos de incertidumbre, pero con la ilusión de revertir la imagen en el complemento.
Los ingresos de Lucas Ocampos y de Rogelio Funes Mori por González y Fernando Cavenaghi mejoraron el rendimiento de River, porque con ellos el equipo tuvo una mayor profesional y vértigo en los últimos metros.
Además, Trezeguet se sintió cómodo jugando con Funes Mori, para descargar y generar opciones de peligro.
De esta manera se abrió el marcador. Se jugaba el minuto cuatro, cuando Trezeguet le bajó la pelota a Funes Mori, quien estaba en posición adelantada, omitida por el juez de línea, y éste se la devolvió para que el atacante franco argentino meta un preciso zurdazo al lado del poste izquierdo de Monasterio.
A partir de ahí, River justificó la victoria, manejó el balón y hasta se dio el lujo de ovacionar a Alejandro Domínguez cuando éste fue reemplazado.
En los minutos finales quedaba algo más, ya que primero Trezeguet desperdició un penal, el cual fue atajado por Monasterio, y luego, a los 43, el experimentado delantero no perdonó dentro del área y con un toque sutil selló el resultado final.
River le puso así punto final a la página más negativa de su historia, y a partir de ahora deberá aprender de los errores cometidos para no volver a transitar por este sinuoso camino.
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