“Profe, tengo un amigo que es mejor que yo. ¿Lo puedo traer la próxima semana?”. Hace 50 años, en Buenos Aires en 1969, fue cuando comenzó a escribirse el primer capítulo de la leyenda de Diego Maradona, el genio del fútbol mundial. Francisco Cornejo escuchó atentamente las palabras de Goyo Carrizo, uno de los mejores jugadores el equipo infantil para menores de 10 años. Cornejo había publicado un aviso en un periódico ofreciendo pruebas para buscar jugadores, pero no se podía imaginar que estaría por presenciar un momento mágico. “Dicen que por lo menos una vez en la vida todos los hombres asisten a un milagro, pero que la mayoría no se da cuenta. Yo sí”, escribió Cornejo en un libro. “El mío ocurrió la tarde de un sábado de marzo de 1969 sobre el pasto mojado del Parque Saavedra cuando un pibe bajito, que me dijo que tenía ocho años —y no le creí—, hizo maravillas con la pelota. Cosas que yo nunca le había visto hacer a nadie”, agregó. Cornejo, quien murió en 2008, fue no sólo el hombre que ‘descubrió’ a Maradona. Ligado a Argentinos Juniors desde 1953, fue uno de los responsables en la formación de una de las academias de fútbol más importantes de Argentina. Tuvo influencia en el fútbol sudamericano similar a la relevancia del Ajax de Ámsterdam en Europa. Ambos clubes se basan en dos ideales por sobre todas las cosas: amor por la pelota y una devoción por sus academias de formación. Mientras Ajax disputó cada partido desde 1982 (1.754 juegos) con al menos uno futbolista formado en sus categorías inferiores, Argentinos Juniors hizo lo mismo desde julio de 1979 (1.668 partidos). Pero hay más coincidencias. Los dos dieron una leyenda al fútbol y sus estadios fueron bautizados en su honor. Ajax juega en el Johan Cruyff Arena, nombrado así tras la muerte del ‘Flaco’ en 2016, mientras Argentinos hace de local en el estadio Diego Armando Maradona. Fue allí donde Maradona jugó sus primeros cinco años como futbolista profesional, debutando 10 días antes de cumplir los 16 años en 1976. Luego pasó por Boca Juniors en 1981 antes de llegar al Barcelona y Napoli, donde vivió sus años de gloria en la década del 80. Debajo de sus tribunas se encuentra un museo donde se exhibe recuerdos de la época en la que Maradona vistió de rojo y desde el año pasado también posee una estatua. SEMILLERO DEL MUNDO La sede de Argentinos Juniors se ubica en la urbanización de La Paternal, en Buenos Aires, siendo uno de los clubes de la capital argentina que batallan a diario por atraer a los mejores talentos que aparecen en las canchas y parques de la ciudad. River Plate, Boca Juniors, Racing Club, Independiente, San Lorenzo, Huracán, Velez Sarsfield, Ferro, Lanús, Banfield, Platense y muchos otros clubes, se encuentran en un radio no mayor de 50 kilómetros. “La diferencia con Argentinos Juniors siempre ha sido la técnica”, le dijo a la BBC Roberto Saporiti, quien entrenó al club en 1984 y fue asistente de César Luis Menotti en el Mundial de Argentina en 1978, cuando salieron campeones. Fernando Redondo, Juan Román Riquelme, Sergio Batista, Fabricio Coloccini, Claudio Borghi y Esteban Cambiasso son tan solo algunas de las estrellas que han brillado en la selección albiceleste. El actual capitán de Argentina en la Sub-20, el defensor de 18 años del Atlético de Madrid, Nehuen Pérez, es otro graduado de la academia del ‘Bicho’. Como Pérez, son muchos los jugadores que no llegaron a debutar en la categoría profesional de Argentinos Juniors y dado su potencial fueron fichados por otros clubes, como fueron los casos de Riquelme y Coloccini a Boca y Cambiasso al Real Madrid. AÑOS DE GLORIA Resulta irónico que el período de mayor éxito de Argentinos Juniors se produjo después de la salida de Diego Maradona a Boca Juniors. El responsable de ello fue otra figura del fútbol albiceleste: José Pékerman. El entrenador que dirigió a Argentina entre 2004 y 2006 y a Colombia desde 2012 hasta el año pasado fue el encargado de la academia de Argentinos en los años 80. Y fueron los jugadores que formó los que ayudaron al primer equipo a ganar dos títulos de liga, en 1984 y 1985, mismo año que conquistó la Copa Libertadores. Estuvo cerca de sumar la Copa Intercontinental, pero cayó en los penales ante la Juventus de Michael Platini. Todo ello le abrió las puertas de las selecciones inferiores de Argentina con la que conquistó cuatro títulos mundiales, además de ganar numerosos premios por el juego limpio que exhibían.
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