domingo, 8 de mayo de 2011

Pablo Vázquez

— ¿Cómo diste el paso de Atlético Tucumán a Quilmes?

— Me fui de Bolivia a Atlético Tucumán, que es la B del fútbol argentino, y luego salió la posibilidad de jugar en un club de Primera, por suerte ahí me estoy dejando ver. El equipo está en una situación complicada por el asunto del promedio en la zona de descenso, pero vamos a pelear hasta el final.

— ¿Cuándo y con qué características se dio ese paso?

— Hace un mes o un poco más que se pudo hacer mi incorporación, porque se lesionó un jugador de Quilmes, entonces ese equipo podía hacer una inclusión. El técnico me conocía y bueno... se pudo hacer la transferencia sin problema.

— ¿El técnico te conoce bien como para haberte pedido como refuerzo?

— Sí, Caruso Lombardi me conoce desde Newell’s, porque él estaba en esa época y sabía de mí. Confió y me trajo. Estoy contento por eso, me alegra que las cosas estén saliendo bien.

— ¿Cómo te recibieron?

— Apenas me sumé al equipo me recibieron bastante bien. Me hicieron sentir de la mejor manera, además que me puse rápidamente a la par del grupo.

— ¿Brusco e inesperado fue el cambio de la B a la Primera?

— Hmm, ambos son profesionales y la verdad diferencias entre la B y la Primera casi no las encuentro. Yo la verdad que no lo siento. Las exigencias y la competencia son casi las mismas. Es posible que en Primera el margen de error sea nada, porque si te equivocas la puedes pagar muy caro con estar fuera.

— ¿Cuántos partidos ya jugaste y cuántos goles anotaste?

— Jugué con Arsenal, contra Vélez 20 minutos, contra Banfield igual y ayer con Gimnasia. Cinco goles.

— Cuando anotaste, ¿qué pasó por tu cabeza?

— Mucha alegría, porque cada uno fue importante, con Arsenal fue el principio, con Vélez en Liniers hicimos una gran remontada con dos goles míos en los últimos minutos y con Banfield también anoté un gol en los últimos 10. Pero la gran remontada fue de todo el equipo, no de uno solo. Si bien te toca anotar, todos aportan para eso, para que el equipo salga adelante.

— ¿Cómo vives este presente en un campeonato como el argentino, referente en el mundo?

— Muy contento, porque uno de chico sueña con jugar al mayor nivel competitivo posible. Uno siempre quiere estar en la Primera división y ahora estoy de vuelta, porque con Newell’s ya estuve, pese a que no tuve entonces mucha oportunidad. Gracias a Dios ahora se me da y aprovecho al máximo cada oportunidad que tengo de jugar en primera.

— ¿Cuánto tiempo estuviste en Newell’s Old Boys?

— Estuve un año en Primera, pero jugué poco, apenas alterné en algunos encuentros, eso ya fue.

— ¿Cómo ves la chance de que Quilmes se salve del descenso?

— Estamos en una situación complicada, porque en el promedio del descenso estamos últimos, sin embargo aún quedan siete fechas, estamos en levantada habiendo ganado tres partidos seguidos y ojalá sigamos igual en procura de zafar del descenso a como dé lugar.

— ¿Piensas en dar el salto a otro club de más arraigo en tu país?

— La verdad no pienso en eso. Mi cabeza solamente está en Quilmes, en los siete partidos que nos restan, tengo un contrato hasta fin de año y me trataron bien. Ojalá retribuya ese cariño y que el club se salve.

— ¿Piensas en Bolivia?

— Seguro, porque recuerdo que cuando estuve allá le agarré un cariño especial y grande al Tigre, por ello le sigo por internet; además tengo a varios amigos en el equipo y me cuentan. Ojalá de verdad le vaya bien y pueda salir campeón, por los chicos y por el técnico.

— ¿Qué sabes del Tigre?

— Creo que está a un punto del líder y justo ahora visita a Real Potosí. Miro los diarios, hablo con Fede García. Creo que faltan fechas y la verdad me pone contento que esté arriba, ojalá que se le pueda dar eso de salir campeón, aunque bueno ahora ya nada tengo que ver.

— ¿Pasa la idea en algún momento de regresar a Bolivia?

— Como dije hace rato, ahora no pienso en mi futuro, la verdad y no es exageración, toda mi cabeza, mi vida, está en Quilmes. Dar todo lo mío a muerte y ojalá salir de la situación en la que estamos. Tal vez mucho más adelante, si se da, me gustaría volver al Tigre.

— ¿O quizá ver a otro país?

— Negativo; mi cabeza, mi vida, está en Quilmes. Mi presente es Quilmes.

— ¿Algo a la afición atigrada?

— Un saludo, ojalá salga campeón el Tigre. Lo único que me apena es que la deuda que los dirigentes tienen conmigo nunca me la saldaron, son cuatro meses que no cobré.

— ¿No arreglaste?

— Hablamos, acordamos, yo dije que no iba a acudir a Fabol, al Tribunal o la FIFA y no creo que lo haga, pero ojalá les dé la gana de pagarme. Gasté mucho llamando por teléfono y ellos nunca me llaman para hablar del tema.




No hay comentarios:

Publicar un comentario