Argentina pondrá en juego desde hoy su ilusión de título frente a Bosnia-Herzegovina en un gran desafío para su selección, que hace catorce años no logra superar los cuartos de final en un Mundial.
Con Lionel Messi como principal abanderado y líder de esta generación, el equipo albiceleste intentará forjar un nuevo destino tras duros reveses en las competencias internacionales.
Las dos medallas doradas consecutivas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Pekín 2008 son las únicas conquistas en dos décadas con desilusiones a nivel continental y mundial.
Sin títulos de una selección europea en un Mundial disputado en suelo americano, Argentina está llamada a ser uno de los protagonistas de este torneo que se disputa en el territorio del eterno rival continental, Brasil.
Tras una eliminatoria sudamericana en la que se impuso con holgura, el Mundial es la medida perfecta para determinar en qué nivel se encuentra el conjunto argentino.
Luego de instalarse en Belo Horizonte y bajo un hermetismo absoluto, el seleccionador Alejandro Sabella mantiene una duda en la delantera con respecto al once inicial: Gonzalo Higuaín o Ezequiel Lavezzi.
Bosnia-Herzegovina fue una de las grandes revelaciones de las eliminatorias europeas al adjudicarse el grupo G y lograr su primera clasificación mundialista por delante de Grecia.
Tras ultimar los detalles para el debut en su concentración en Guarujá, Bosnia llegó a Río de Janeiro con una sola duda en su formación titular, el estado de Sejad Salihovic.
El renovado estadio Maracaná, de Río de Janeiro, tendrá su bautismo en este Mundial con la presentación de la selección albiceleste ante Bosnia.
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