El club argentino Tigre presentó ayer ante la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) una denuncia por presuntas agresiones físicas de agentes de seguridad brasileños contra sus futbolistas en la final de la Copa Sudamericana, disputada el miércoles 12 de este mes en el estadio Morumbí.
El equipo bonaerense no salió a jugar el segundo tiempo, cuando perdía por 2-0, por las presuntas agresiones ocurridas en los vestuarios y el conjunto paulista fue proclamado campeón del torneo una vez que el árbitro chileno Enrique Ossés suspendió el encuentro.
Fuentes de la Asociación Argentina (AFA) indicaron que su presidente, Julio Grondona, fue notificado el miércoles por el presidente del club, Rodrigo Molinos, sobre los términos de la denuncia.
Miguel Silva, secretario general de la AFA, dijo la semana pasada que es necesario “separar lo que es la violencia de lo que ocurrió en el vestuario”.
“Es una constante la violencia y las agresiones que sufren los equipos argentinos cuando juegan en Sao Paulo. Siempre pasa lo mismo y no cambia. Hay que ver cuál es la documentación o los testigos que Tigre presenta, son los únicos que saben la verdad”, dijo.
El entrenador del Tigre, Néstor Gorosito, afirmó que nunca en su carrera vivió algo parecido a lo ocurrido en el Morumbí.
“Nunca viví algo así. El uruguayo Eugenio Figueredo (secretario de la Conmebol) vio la sangre (de jugadores heridos), el cuarto árbitro también vio todo. Se filmó lo que estaba pasando y no hicieron nada”, dijo el técnico bonaerense.
Los incidentes en la final de la Copa Sudamericana han dañado al fútbol regional, afirmó en Asunción el portavoz de la Conmebol, Néstor Benítez.
“La Confederación está investigando como corresponde este caso, que tanto daño le ha causado al fútbol sudamericano, y debe aferrarse a la prudencia para tratar de reunir todos los elementos de juicio”, añadió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario