La selección de Argentina tuvo ayer un distendido entrenamiento tras la tensión vivida en el partido del domingo contra Catar, donde la Albiceleste logró el objetivo de clasificarse para los cuartos de final de la Copa América al vencer por 0-2 al equipo catarí.
Solo los porteros y los suplentes se ejercitaron sobre la cancha de entrenamiento del Internacional de Porto Alegre en una sesión que fue íntegramente abierta y donde unas pocas decenas de seguidores de Argentina se apostaron en las inmediaciones para seguir la práctica.
Los aficionados le cantaron el cumpleaños feliz a Lionel Messi, que ayer cumplió 32 años, aunque a la estrella de la Albiceleste no se le vio sobre la cancha ya que se quedó en el gimnasio junto al resto de los jugadores que estuvieron en el once titular frente a la selección catarí.
Solo al final de la sesión aparecieron por la cancha algunos titulares como Nicolás Otamendi, Rodrigo De Paul y Leandro Paredes, que hicieron leves estiramientos y observaron el partido en espacio reducido que hacía el resto del equipo.
A De Paul y Paredes se les vio con hielo en la rodilla, parte de la recuperación de estos futbolistas que en principio no tendrán problemas para participar en el partido de cuartos de final, donde Argentina se medirá a Venezuela en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.
Durante varios minutos el seleccionador de Argentina, Lionel Scaloni, se sentó con los jugadores que no participaban en el partido para conversar con ellos.
La sesión fue relajada con juegos de futvóley donde participaron los porteros, incluido Franco Armani, y varios rondos que siguieron atentamente Scaloni y su asistente Pablo Aimar. EFE
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