La selección argentina después de clasificarse a la semifinal de la Copa América, volvió a los entrenamientos en las instalaciones del Fluminense, en un ambiente distendido, de buen humor tras su convincente actuación frente a Venezuela.
La fiesta duró poco. El partido contra Brasil, en Belo Horizonte es el martes y Lionel Scaloni quiere que sus jugadores no pierdan la concentración en el torneo, por lo que dispuso una sesión matinal, en la que los que jugaron más minutos frente a la Vinotinto hicieron trabajo regenerativo en el gimnasio y los suplentes más aquellos que entraron en el segundo tiempo del partido de cuartos acudieron al campo de juego. Al margen de estos estuvo Guido Carrillo con una sobrecarga muscular.
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