El Independiente argentino, que se encuentra en zona de descenso a la segunda división tras la derrota del domingo ante Rafaela, se entrenó ayer en su estadio con custodia policial por las amenazas de hinchas ante la delicada situación que atraviesa el equipo.
El entrenador Miguel Brindisi trasladó la práctica al estadio Libertadores de América, en donde 50 policías se apostaron en el acceso a los vestuarios para evitar la presencia de 'barra bravas', como ya ocurrió en otras oportunidades, informó la agencia oficial Télam.
Independiente y Boca Juniors son los únicos equipos que nunca han descendido a la segunda división del fútbol argentino.
El equipo rojo afronta esta situación por su bajo promedio de puntos en las últimas tres temporadas, y ocupa un puesto del descenso junto con Unión de Santa Fe y San Martín de San Juan. Para evitar la cada vez más cercana posibilidad de caer, los de Brindisi deberán sumar más del doble de puntos de los que posee (9) en las nueve jornadas que le quedan a la Liga. Brindisi ha buscado motivar a sus jugadores y en pos de ese objetivo mantuvo una prolongada charla privada con el capitán y referente del equipo, Daniel 'Rolfi' Montenegro. El defensor Claudio Morel Rodríguez, quién no jugó el domingo contra el Rafaela por una distensión en el aductor izquierdo, y el volante colombiano Fabián Vargas, recuperado de un esguince en el tobillo de derecho, podrán reaparecer en el partido que el Rojo jugará en casa el sábado contra Argentinos Juniors.
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