Américo Gallego renunció de manera indeclinable al cargo de entrenador del Independiente de Avellaneda, equipo que solo ha ganado siete partidos en los últimos 365 días y que ocupa un puesto de descenso en la Liga argentina de fútbol.
Gallego había dimitido el viernes tras el empate a uno con el Unión de Santa Fe, pero el presidente del club, Javier Cantero, le pidió que continuara en el cargo para afrontar con el equipo las diez jornadas que quedan de la competición.
En el entrenamiento de este sábado, efectuado a puerta cerrada y con una fuerte custodia policial, Gallego dijo a los jugadores que continuaba al frente del equipo, según fuentes cercanas a la directiva, pero en las últimas horas de la tarde reconsideró esa posición y renunció.
El conjunto rojo suma apenas 26 puntos en la temporada completa (27 jornadas) y necesita sumar la misma cantidad hasta mediados de año para evitar el primer descenso de su historia.
Uno de los hechos que desanimaron al técnico, además de los resultados negativos, han sido los insultos que recibió de parte de la afición el viernes, durante y después del encuentro con el Unión, equipo que empató a uno con un tanto anotado a los 80 minutos.
El Independiente, que con siete posee el récord de conquistas de la Copa Libertadores, afronta su difícil situación bajo una gran presión, que se gravó durante la semana cuando varios hinchas violentos amenazaron de muerte a los jugadores en el caso de que no logren mantenerse en la división de oro.
"Si el equipo se va al descenso los vamos a matar a todos", gritaron algunos hinchas a los futbolistas cuando salían de un entrenamiento.
EFE
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