Caso excepcional, Gerardo Martino llega por tercera vez consecutiva a la final de la Copa América con dos selecciones diferentes, Paraguay en 2011 y Argentina en 2015 y esta edición Centenario.
El DT Perdió las dos primeras. ¿Cuál de los dos refranes populares le tocará vivir este domingo? Aunque no le corresponda, el Tata carga además con la frustración albiceleste del Mundial Brasil-2014, cuando su antecesor Alejandro Sabella ocupaba el banquillo, y los 23 años de sequía desde la Copa América Ecuador-1993.
"Falta un partido. Y lo que tenemos que hacer es ganarlo. Para cambiar esto tenemos que ganarlo. No queda otra”, sentenció con dureza de cara a la revancha final contra Chile .
Aún golpeado por la opinión de la prensa tras la definición, por penales, perdida en Santiago en 2015, el entrenador está convencido de que la selección argentina no será juzgada por su muy buena actuación en lo que va del torneo.
"Exclusivamente dependerá del resultado de la final”, dijo. Después de 18 partidos en las últimas tres Copa América y dos subcampeonatos, nadie más que Martino quiere acallar críticas.
A la final sin ganar
En el torneo de Argentina-2011 llegó con una selección paraguaya en su mejor nivel, y que acababa de jugar un gran Mundial Sudáfrica-2010, donde cayó 1-0 en cuartos de final ante la campeona España. Fue un recorrido extraño, porque los guaraníes no ganaron ningún partido para avanzar al duelo decisivo.
En la primera fase, empataron 0-0 con Ecuador, 2-2 con Brasil y 3-3 con Venezuela, para clasificar como uno de los mejores terceros. En cuartos de final volvieron a enfrentar a la ‘canarinha’ y se impusieron por penales luego de un nuevo empate (0-0), resultado que se repitió en semifinales contra Colombia, antes de perder 3-0 sin atenuantes frente a Uruguay en la final.
Penales amargos
Esos penales que le sonrieron en 2011 lo condenaron en Chile-2015, su primer torneo con Argentina luego de asumir en agosto del año anterior en reemplazo de Sabella.
El equipo de Lionel Messi no brilló y, salvo la semifinal justamente contra Paraguay, al que goleó 6-1, avanzó con dificultades hasta el duelo decisivo con una Roja que jugaba en casa y tiene la mejor generación de su historia.
Más que la derrota, que dolió y mucho, los aficionados le criticaron el excesivo respeto por su rival, con una actitud a su entender cautelosa para una selección que se considera potencia mundial y cuenta con la Pulga.
Esta decepción se sumó a su paso en falso por el Barcelona de Lionel Messi en la temporada 2013/2014, donde peleó todo hasta el final pero falló en los momentos clave, un fracaso en un club acostumbrado a ganar y ganar.
Antes de ser entrenador, Martino no fue un excelente volante ofensivo con su club Newell’s Old Boys de Rosario, donde ganó tres títulos argentinos entre 1987 y 1992.
No hay comentarios:
Publicar un comentario