Llevar la camiseta de la selección, ver los partidos en el mismo sitio y con los mismos amigos o rezar son algunas de las supersticiones que los aficionados argentinos repiten en cada encuentro durante la Copa del Mundo de Brasil, para dar a sus jugadores la suerte necesaria para ganar.
En total, un cuarto de los argentinos admite que recurre a "cábalas” para conseguir que los astros se alineen e inspiren a Messi durante los partidos, según datos de la consultora Ibarómetro, aunque casi un 35% sigue algún tipo de ritual antes de cada encuentro.
Entre los porteños, un 35% de las mujeres decide rezar y persignarse en los momentos clave, mientras que, entre los hombres, un 40% recurre a sentarse en el mismo lugar en su salón, bar o sala de trabajo, siempre con los mismos compañeros y con la misma ropa, que no se lava hasta que termine el Mundial.
Por ejemplo, el presentador de televisión Alejandro Wiebe, Marley, publicó en las redes sociales una fotografía en la que se le ve completamente vestido de albiceleste, hasta en la ropa interior, mientras que el actor Nicolás Francella prometió utilizar la misma camiseta durante todo el campeonato.
También existen tradiciones negativas, como escribir el nombre del equipo contrario en un papel y prenderle fuego o guardarlo dentro del congelador, para "enfriar” el ánimo rival.
Otra tradición, que se repite cada cuatro años, es la de buscar todas las similitudes entre los dos mundiales ganados por Argentina, en 1978 y 1986, con el de cada año. Por ejemplo, se recordaba que la película argentina La historia oficial ganó el premio Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1986, el mismo premio que recibió El secreto de sus ojos en 2010.
Con respecto a los rituales durante cada partido, en la capital argentina se ven todos los encuentros en silencio reverencial, comentando sólo los momentos importantes, mientras que en las provincias del interior prefieren cantar para alejar los nervios.
En los partidos, el país argentino se paraliza y los trabajadores buscan cualquier excusa para detener su actividad durante dos horas, mientras que los colegios tendrán días libres en los encuentros.
Pero los trabajadores que no tienen más remedio que asistir a sus puestos hacen lo posible para mostrar su apoyo a la selección albiceleste.
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