Parecía demasiado grande la punta para este Banfield. Ganaba 2-1 a 5 del final pero no fundamentaba en el juego la posición de privilegio en el torneo. Como en otros partidos, aprovechó errores del rival para ponerse en ventaja. Esta vez no supo cuidar los dos goles de diferencia . El empate fue mérito para Huracán, que nunca se resignó, que siempre buscó cambiar la historia . El punto le siente bien al equipo de Pompei, porque la semana que viene recibe a Gimnasia en un duelo directo en la zona caliente de los promedios. El punto le sienta bien al conjunto de Méndez, porque necesita mejorar para sostenerse con mayores virtudes en lo más alto.
Le costó mucho a los dos tomar las riendas del partido en el primer tiempo. Se repartían la pelota y ninguno se hacía cargo. Banfield intentaba con pelotazos largos para Cristian García. El equipo de Roberto Pompei, en cambio, apostaba a la pelota parada en los pies de un exquisito como Cristian Maidana. Pero fue Banfield el que empezó a construir mejor juego, especialmente por el sector izquierdo dominado por Carrusca, Tagliafico y Maidana. Entre los tres triangulaban y manejaban el balón. A los 7 minutos, una jugada aislada fue un aviso de alerta para la defensa de Huracán: García tiró un centro atrás y Jonatan Gómez, entrando por el otro sector, la agarró mordida y la pelota se fue desviada. Y a los 20 minutos, en una jugada calcada, Banfield encontró el primer gol del partido. Carrusca habilitó con un toque preciso a Cristian García por izquierda, el Ruso enganchó, levantó la cabeza y lo vio entrar otra vez a Jonatan Gómez, quien sacó un remate contra el palo que superó el esfuerzo de Monzón. Huracán sintió el golpe. En una mala salida de la defensa visitante, Banfield forzó un lateral, Gómez habilitó a Carrusca, hubo un rebote en un jugador de Huracán y la pelota le quedó a Cristian García, quien sacó un derechazo letal para el 2-0 local.
En cuatro minutos y sin haber hecho demasiado, Banfield se había puesto dos goles arriba.
Huracán, golpeado, no bajó los brazos . Reaccionó y comenzó a llegar con peligro al área de Bologna, insistiendo con los tiros de esquina (tuvo nueve en el primer tiempo, todos bien ejecutados por Maidana). De un córner, llegó el descuento. Cámpora bajó una pelota al corazón del área y el Roly Zárate no perdonó. Banfield salió en la parte final dispuesto a estirar la ventaja. Tuvo el gol el los pies de Cristian García, pero en el mano a mano con Monzón definió por arriba del travesaño.
Con los cambios, el Gallego Méndez intentó darle aire fresco a su equipo, especialmente con el ingreso del chico Ferreyra. Sin embargo, extrañó demasiado a ese delantero trabajador en el que se transformó García. Huracán, con más ganas que fútbol, nunca se resignó y buscó ese empate merecido y valioso para sumar en la tabla de promedios. Faltando cinco minutos, un tiro libre de Nieto, pasado, por detrás de todos los defensores de Banfield, encontró a Javier Cámpora, quien había estado apagado en el partido, y de cabeza construyó el milagro.
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