Mira a Lautaro Martínez, este es uno que quiere jugar, no tiene miedo. No es de los que piensan 'gastaron demasiado dinero en mí, tengo a Icardi enfrente. Este piensa, ¿Está Icardi? ok, vamos a ver quién juega". Paolo Di Canio, 'el chico malo' del fútbol italiano, el terror de las defensas inglesas, caló pronto a Lautaro Martínez, convertido en menos de un año en ídolo del Inter y gran esperanza argentina a las puertas del mayor enfrentamiento posible, el duelo contra Brasil que da acceso a la final de la Copa América. A la espera de que Leo Messi llegue a la Copa -por ahora ha tenido más contribución como capitán del plantel que como astro mundial- es Lautaro la gran aportación de la Albiceleste al torneo, el delantero que ha resuelto la papeleta en la era Scaloni.
Incansable. 'El toro', apodo que se ganó en su etapa en la pensión de Racing y que ha convertido en su marca, con logotipo incluido con la camiseta del Inter, está desbocado. Con Scaloni, ha marcado el doble de goles que Messi (6 por 3 del barcelonista). Cuando ya Argentina había regresado con la cabeza gacha superada por Francia en los cuartos de final del Mundial ruso, Lautaro se decantaba por el Inter de Milán, dejando a Diego Simeone sin el atacante por el que había apostado para completar la delantera del Atlético. Hizo caso de Diego Milito, otro ídolo de La Academia, que le preparó un desembarco "tutelado" en Italia, junto a Mauro Icardi y supervisado por Javier Zanetti. Como dijo Di Canio, al 'toro', con 20 años, no le importó el desafío. Escogió la camisa 10, la misma que anteriormente portaron Sandro Mazzola, Roberto Baggio o el propio Ronaldo Nazario -el 9 lo tenía entonces Iván Zamorano- y se dispuso a competir, incluso con Icardi.
Esperaba su momento. No lo tuvo en el debut frente a Colombia, porque Scaloni decidió apostar por Ángel di María, pero forzado por la derrota (0-2) el técnico dio entrada al 'Toro' en la segunda jornada contra Paraguay. y, aunque no marcó, fue de los más destacados. Y, sobre todo, Messi se sintió más a gusto respaldado por Agüero y Lautaro. A continuación, se ha encargado de desactivar todas las posibles crisis que amenazaban a los de Scaloni. Frente a Catar convirtió en gol un robo de balón junto al área rival que acabó con los nervios, en un partido en el que la Albiceleste se jugaba la peor actuación de su historia en la Copa América. Su mejor momento, sin embargo, llegó contra Venezuela, en cuartos, cuando acabó a los 10 minutos con todas las dudas. Fue el mejor. El toro está desbocado y es la principal amenaza de Brasil.
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