Tigre y Belgrano terminaron este viernes a mano y sin goles en el Estadio Don José Dellagiovanna, en un adelanto que tuvo la penúltima fecha del Torneo Final.
El equipo anfitrión trató de sumar con la intención de mejorar su promedio para la próxima temporada, mientras que Belgrano, como recompesa por la regularidad de su producción a lo largo de la temporada, acaba de conseguir por primera vez en su historia clasificarse para la Copa Sudamericana, en este caso, versión 2013.
El conjunto de Néstor Gorosito distó de cumplir una campaña satisfactoria en esta competencia doméstica, pero tiene como atenuante haber llegado hasta los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
Al Matador lo afectó también la rotura de ligamentos cruzados que sufrió su futbolista estelar, el talentoso Rubén Botta, la que ocurrió en ocasión del juego de ida por los octavos ante Olimpia.
En cuanto al Celeste, lo negativo es que totaliza 390 minutos sin penetrar la valla del oponente de turno.
En este cotejo a Tigre se lo vio buscar el triunfo desde el principio, pero volvió a extrañar la creatividad y la profundidad que le aportaba Botta.
El rendimiento de los cordobeses en el primer período fue de menor a mayor, pero también padeció la ineficacia de mitad de cancha hacia adelante que los viene perjudicando en los encuentros más recientes.
En la segunda parte ambos elencos trataron de ganar, pero ambos continuaron mostrándose impotentes.
El arquero de Tigre, Damián Albil, sí se lucíó en una escena clave, cuando levantó por encima del horizontal un cabezazo picante de César Pereyra.
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