miércoles, 29 de agosto de 2018

Independiente pasó, pero todo terminó mal como se alertaba Por Agencias -

En un contexto muy hostil por el 3-0 que le dio la Conmebol en la ida, Independiente se plantó tranquilo en el Pacaembú y fue mucho más que Santos y el duelo se suspendió en 0-0. Los incidentes del final cerraron una serie manchada.
Todo terminó mal, como se alertaba que podía ocurrir, pero para Independiente al final resultó el pasaje a los cuartos de final de la Copa Libertadores que anhela convertirla en la octava de su vitrina. Los dirigidos por Ariel Holan jugaron con el fallo a favor de la Conmebol y no tuvieron problemas para controlar al Santos, aquí en un Pacaembú que fue una caldera en donde el Diablo se sintió cómodo.
No iba a resultar un trámite para el Rojo esta excursión a San Pablo. Más allá del abultado resultado del fallo, había un partido que jugar, que se presentaba de alto riesgo, sobre todo por el clima caldeado que se generó por el malestar de los brasileños que tomaron como una injusticia lo ocurrido. Y así lo hicieron sentir antes, durante y después de los 90 minutos en la cancha. Fue un hervidero el Pacaembú y el conjunto local intentó utilizar ese contexto en todo momento. Que la presión comience en las tribunas repletas de camisetas blancas y continúa en el campo con esos cuatro hombres netos de ataque que dispuso el entrenador Cuca.
Carlos Sánchez, que pudo jugar ya que la Conmebol se retractó tres horas antes del encuentro y comunicó que su sanción ya estaba purgada con el castigo al club, fue el encargado de diagramar el juego desde el círculo central y darle velocidad a la transición del medio hacia adelante. Después de un aviso del Diablo con un tiro libre que tapó Vanderlei, Santos tuvo sus oportunidades claras para permitirse pensar en la hazaña copera. Pero se topó con Martín Campaña, que le sacó dos mano a mano a Gabriel Barboza.
Holan trató de contener el ataque paulista con una defensa de cinco hombres, pero no buscó meterse atrás y mantuvo a Silvio Romero, Emmanuel Gigliotti y Maximiliano Meza bien arriba. Eso al menos obligaba a que los laterales del Peixe no pudieron subir con tantas libertades. Le salió bien. Una equivocación de Rodrygo, que entró mal un pase en el medio, dejó a todo Santos mal parado y derivó en el claro penal de Vanderlei a Pablo Hernández. De gran despliegue. Pero el arquero se redimió ante Maxi Meza y mantuvo las esperanzas encendidas con el penal atajado que en el Pacaembú se gritó más que un gol. El gol de Independiente hubiera terminado la historia definitivamente en el primer tiempo.
De todos modos, a medida que corrían los minutos y el final se acercaba en la cálida noche de Brasil, esa olla a presión que generaba el ambiente se fue alivianando. La gente local pasó de la expectativa absoluta a la resignación ante cada avance frustrado de su equipo, que nunca encontró la claridad necesaria para doblegar a los argentinos. Con Alan Franco como bastión, Independiente defendió la clasificación.
Holan acomodó las piezas parando cuatro atrás y llevando a Fabricio Bustos al medio, luego reemplazado por Nicolás Domingo. Armó un triple cinco para equilibrar la mitad de la cancha y lo logró. No sólo frenó las embestidas de Santos sino que de contraataque pudo convertir si no hubiese sido porque el travesaño se lo impidió al Tucu Hernández.

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