viernes, 31 de marzo de 2017

Tapia, de recolector de basura a presidente


La nueva cúpula de la AFA con Tapia al lado de Angelici, fue en el momento de la posesión.

La vida de Claudio ‘Chiqui’ Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), parece digna de una película: fue recolector de basura, tuvo una fugaz carrera como futbolista y fue líder sindical antes de convertirse en el mandamás del balompié local.

Compaginó su breve periodo como futbolista, principalmente en el Barracas Central de la Tercera División, que ahora preside, con su trabajo como recolector de basura.

Una de sus principales virtudes es su poder de convencimiento. En las elecciones realizadas este miércoles fue el único candidato y recibió 40 votos afirmativos de 43 posibles.

Tapia también es vicepresidente de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), empresa encargada de la gestión de residuos sólidos de Buenos Aires y de gran parte de la provincia de Buenos Aires.

Está casado con Paola Moyano, hija de Hugo Moyano, uno de los sindicalistas más poderosos de Argentina. Gracias a su habilidad para la negociación, y su capacidad de gestión, escaló rápidamente posiciones en el sindicalismo.

Hugo Moyano es también presidente de Independiente y, desde este miércoles, vicepresidente segundo de la AFA.

Tapia asumió como presidente de Barracas Central en 2001 y tuvo una gestión exitosa en el club cuyo estadio, con capacidad para unas 4.500 personas, ahora lleva su nombre.

Impulsado principalmente por el apoyo de la mayoría de los directivos de los clubes de las categorías inferiores fue escalando posiciones en la AFA hasta convertirse, en 2015, en vicepresidente segundo del entonces presidente interino Luis Segura.

EFE

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