domingo, 24 de junio de 2012

Video Incidentes entre hinchas de Banfield y la policia luego del descenso

Ni siquiera en el partido que más lo necesitaba Banfield detuvo su caída que lo llevó otra vez al Nacional B, luego de perder 3-0 contundentemente frente a Colón, que tuvo la despedida de Esteban Fuertes quien marcó dos goles para cerrar su carrera a lo grande.

Atlético Rafaela y San Lorenzo tenían menos chances de zafar que Banfield, pero el Taladro quedó abajo en el marcador y no se pudo recuperar más. Además, la impotencia de los hinchas locales que arrojaron proyectiles al campo de juego, el partido se terminó siete minutos antes por decisión del árbitro Federico Beligoy.

Los números hablan por sí solos: 12 derrotas y los últimos 11 partidos sin lograr una victoria marcaron el prólogo de lo que podía pasar y ocurrió. Banfield descendió aún contando con los puntos de su título Apertura de 2009 bajo la batuta de Julio Falcioni.

Con la presión de evitar el descenso directo y la promoción, Banfield salió desde el inicio a buscar el triunfo. Por eso, a los 3 minutos tuvo la primera situación con Facundo Ferreyra que en dos oportunidades no pudo definir ante Diego Pozo.

A los 10 minutos llegó la apertura del marcador para la visita con el gol de Sebastián Prediger. El volante capturó un rebote a la altura de la media luna y sacó un terrible zapatazo para poner la pelota junto al palo derecho de Cristian Luchetti. Y colocar a Colón en ventaja por 1 a 0.

De allí en más Banfield se desmoronó. La desesperación se apoderó del local y el Sabalero empezó a encontrar espacios para el contragolpe. Y en dos minutos, liquidó el pleito. Con dos goles del interminable Esteban Fuertes, que se retiró de la mejor manera para un delantero.

Faltaba un tiempo, pero ya era suficiente, ya era el final de la carrera del Bichi, ya el final de Banfield en Primera.

El segundo tiempo languideció con Banfield golpeado. Beligoy avisó y a los 38 del segundo tiempo suspendió el partido ante los proyectiles que caían desde la tribuna al grito de “que se vayan todos” y con insultos al presidente Carlos Portell, quien no renunció a su cargo como algunos especularon con que lo hiciera pero podría dejarlo de un momento a otro.

Tras el pitazo estallaron los llantos, y algunos gritaron, a modo de darse ánimo, que Banfield “va a volver”. También hubo incidentes afuera del estadio entre hinchas y la policía, que hizo disparos de balas de goma mientras le tiraban piedras y palos. Con el correr de los minutos, la situación se fue calmando, sin que se supiera de la existencias de heridos de cualquiera de los dos bandos.

Si bien los hinchas fueron dispersados, finalmente la Policía dejó que cerca de 100 quedaran frente al portón por donde tenía que salir el micro que trasladaba a los jugadores. Cuando tras más de una hora el ómnibus salió a la calle, la mayoría comenzó a insultar a los futbolistas y algunos corrieron unos metros al vehículo golpeándolo. A esa altura, el presidente Portell ya no estaba en el estadio.

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